Ya había hablado en otra entrada de lo importante que es para mí las fotos de embarazo. El recuerdo de ese momento en el que el bebé todavía se encuentra en la barriga de la madre y ésta, luce con un brillo especial en los ojos, esperando el momento de poder verlo. Si tenéis oportunidad, no lo dejéis escapar.
En esta ocasión, me fui con Iria y Pablo hasta la playa, porque querían unas fotos en el mar, y acabamos encontrando un sitio muy bonito sin gente, difícil en verano, pero no imposible. Además, se les notaba esa ilusión de los padres primerizos que hace que cada foto tenga su propia magia.
Esperando a que llegue Candela, y varios remojos, este es el resultado…
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